En el año de 1984, el periodista Manuel Buendía murió de cuatro tiros por la espalda; por su muerte fue puesto preso en 1989 el titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), José Antonio Zorrilla Pérez, adscrita a la Secretaría de Gobernación a cargo de Manuel Bartlett. En 1985, el agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, fue torturado y asesinado por órdenes del narcotraficante Rafael Caro Quintero. Aunque había otras evidencias, la muerte en 1991 del coronel James E. Sabow, encargado de la base militar de El Toro (Irvine, California), fue rápidamente dictaminada como suicidio por una comisión investigadora del Congreso de Estados Unidos. En 2004, el periodista estadounidense Gary Webb murió de dos disparos al rostro aunque de acuerdo a la policía también se trató de un suicidio.