Cine y representaciones sobre narcocultura y periodismo
La violencia es real, pero la explicación oficial dominante es un ardid político, una fantasía redituable que permite a las autoridades ejercer la más cruel violencia en contra de la población, pero siempre legitimada por la reciclable trama de la “guerra contra el narco”.
Oswaldo Zavala, La guerra en las palabras.
Representaciones en la cultura y el periodismo. Cine y discusión sobre cultura, narcocultura y violencia contra la prensa
La actividad tiene el objetivo de discutir la forma en la que son representadas la narcocultura y la violencia contra la prensa a través de la proyección y análisis de producciones de cine de ficción y documental. El punto de partida es que ambas categorías a estas alturas son tan fuertes, que en lugar de facilitar la comprensión de los fenómenos que refieren, simplifican el contexto y sus relaciones más complejas. Dicha simplificación pasa por la repetición de fórmulas y estereotipos de clase al grado de sustituir la práctica que se debe representar.
Desde un punto de vista amplio y si las definiciones tuvieran más exactitud en su aplicación, la narcocultura implicaría el reconocimiento general de las grandes cadenas de televisión y plataformas en línea como sus promotoras aunque al final, el juicio público como un sistema de jerarquías concentra el peso en la parte de abajo ya sea como victimización, explotación o criminalización. Claro, parecería que esa es otra cosa pero parte del mismo asunto que es la invención de etiquetas útiles en algún contexto pero conflictivas por su ambigüedad y su relación con otros procesos difíciles por sí mismos. En particular las complicaciones se agudizan porque se mueve entre el estira y afloja y las contradicciones de la política estatal de seguridad, la sociedad, las noticias y los medios para el entretenimiento.
En todo caso, por su alcance masivo la narcocultura dejó de ser un fenómeno oculto en los márgenes como se caracterizó en inicio y su imagen ya no corresponde con lo que designaba hace cuarenta años: en la actualidad prácticas de consumo muy extendidas y descentralizadas por el papel de lo digital, tienen referencias comunes con el debate sobre identidad, cultura popular y otras manifestaciones transfronterizas chicanas y latinoamericanas.
Veamos las noticias y ahí hay otro asunto por discutir con la representación de la violencia que enfrenta el periodismo en el sentido de que esta se atribuye comúnmente al crimen organizado aunque se trata de una cuestión de sistema: según el informe de Artículo 19, Voces contra la indiferencia 2022, el 42.5 % de las agresiones contra periodistas fueron cometidas por actores del Estado (4 de cada 10); y de acuerdo a CENCOS, el 98% de los ataques permanecen impunes. Si la violencia que se presenta en principio es multifactorial, las estadísticas de atención sí se vinculan directamente con la participación y sobre todo con la omisión de las autoridades y la operación del sistema de procuración de justicia (respecto a la impunidad, sí se puede establecer con más certeza la responsabilidad oficial como factor preponderante).
En otro nivel de la discusión, las noticias de todos los días tienen un paralelo con los temas que encontramos en el cine: tragedia, drama, guerra. Hay víctimas y victimarios. Y aunque en teoría podemos identificar cuál de estos campos tiene un carácter de “verdad” o de “ficción”, en el plano simbólico estos dos territorios se entrelazan en un sistema de representaciones formales (la ley y las instituciones, la academia y sus universidades) e informales (las charlas de calle, las creencias, las visiones individuales del mundo). En conjunto ¿cómo actúan unas en relación con la otras en la construcción del imaginario? ¿Cuál se impone y en qué grado? ¿Qué papel tiene el propio periodismo en este proceso?
Si lo vemos con un poco de detenimiento, en el cine la gente de las noticias aparece retratada en los extremos del comportamiento indigno o heroico (sensacionalista y manipulador o en defensa de la justicia vía la búsqueda de la verdad). Yo me pregunto si aparecerá la misma simplificación ya señalada en el discurso acerca de la violencia contra la prensa: ¿cómo es retratado el periodismo en esa ficción y documental?
Finalmente hay que mencionar que cuando la representación simplificada coincide con el discurso oficial, a la manera de Gramsci, la narcocultura es el soporte moral de la legitimación del Estado que cobra forma cuando valida su política de seguridad y le exonera de responsabilidad, en la medida en la que esta se atribuye al otro: al crimen, a la violencia, incluso a los sectores populares que la consumen (a los altos y medios no tanto, en particular a los populares). Al estilo de Foucault y el análisis histórico, se trata de una categoría construida a lo largo del tiempo a través de la continuidad del discurso dominante y la exclusión de aquellos actos que la contradicen. Entre los hechos más recientes se puede contar la captura de Ovidio Guzmán y la liberación del general Salvador Cienfuegos entre muchos otros, aunque los referentes se pueden establecer desde 1969 con los operativos de decomiso en la frontera entre México y Estados Unidos, con el inicio de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) en 1973 y con la Operación Cóndor en 1975. En parejo desde entonces lo que define institucionalmente la política antidrogas tendrá eco en una mitología que se repite en diferentes productos culturales (señala Oswaldo Zavala). De acuerdo a Bourdieu, se trataría de luchas simbólicas y de la relación entre distintos campos formados por cierta composición de capital económico, social y cultural. Ahí podemos ubicar las posturas de clase que son el terreno donde las luchas simbólicas se llevan a cabo.
En este punto las explicaciones de Foucault, Gramsci y Bourdieu son muy similares y complementarias. Si en Foucault aparece la noción abstracta del poder detrás de la elaboración de un saber a través del tiempo, Gramsci lo ubica en la estructura (oficial, cultural y hegemónica) que vuelve operativo ese saber y Bourdieu marca una ruta metodológica para caracterizar sus manifestaciones concretas.
Como dice Lenin Guerrero: la narcocultura es un cascarón vacío al que llenamos con cualquier tipo de contenido. Todo lo que se rechaza cabe ahí. Es posible, por eso hay que tratar de deconstruirla. Yo me quedo con un par de adivinanzas: dada la penetración del crimen organizado en todo el territorio nacional ¿qué tan grande es o puede ser esta cultura?. Ahora, si se vincula directamente con el narcotráfico pero este es un mito (en la línea de Zavala, quien señala se trata de un relato creado entre diferentes discursos como la literatura, la música, el cine y la política), entonces ¿qué es? (también como paráfrasis de Zavala: porque las prácticas sí existen pero la interpretación se mira muy tendenciosa).
Programa
21 de agosto
Michel Foucault por sí mismo (Philippe Calderon, 2003). Aula 9D-203.
24 de agosto
Tigres del Norte en la prisión de Folsom (Tom Donahue, 2019). Aula 9D-302.
4 de septiembre
Maguey (Franceso Taboada Yabone, 2014). Aula 9D-203.
5 de septiembre
Disparos (Rodrigo Hernández y Elpida Nikou, 2018). Aula 9D-302.
12 de septiembre
Silencio forzado (Artículo 19, 2012); Soy el número 16 (Rafael Pineda Rapé y Leopoldo Hernández , 2015). Aula 9D-302.
14 de septiembre
Narcocultura (Shaul Schwartz, 2014). Aula 9D-302.
19 de septiembre
Endangered (Rachel Grady y Heidi Ewing, 2022). Aula 9D-302.
25 de septiembre
Si corre o vuela, a la cazuela (Rogelio Calderón Jiménez y Salomón Morales, 2017). Aula 9D-203.
28 de septiembre
Los últimos zapatistas, héroes olvidados (Francesco Taboada Tabone, 2002). Aula 9D-302.
9 de octubre
Pierre Bourdieu: la sociología es un arte marcial (Pierre Carles, 2001). Aula 9D-203.
10 de octubre
No se mata la verdad (Coizta Grecko, 2018). Aula 9D-302.
19 de octubre
Ídolo: la balada de Chalino Sánchez, Spotify Capítulo 8 (Alejandro Mendoza, 2022); A morir a los desiertos (Marta Ferrer, 2017). Aula 9D-302.
23 de octubre
Café (Huatuey Viveros, 2014). Aula 9D-203.
Todas las funciones se llevan a cabo a las 15:00 horas. Edificio 9D, Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, Universidad de Sonora.
Relacionado:
Nómadas-Centro de Investigación y Producción Comunitaria.
Bourdieu y el periodismo.
Universidad de Sonora (mapa).
Oswaldo Zavala, “Los cárteles no existen” (reseña para descarga).
Foto en portada:
Representaciones en la cultura y el periodismo, ciclo de proyecciones de cine y discusión sobre violencia contra la prensa. Sesión del 12 de septiembre con la participación del escritor y periodista Carlos René Padilla frente a estudiantes del eje de periodismo de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación-Unison.