La limpieza del río Sonora empezó el 27 de agosto, 21 días después de que se presentara el derrame de residuos de la minera Buenavista del Cobre de Grupo México, el 6 de agosto.
Guillermo Padrés, el entonces gobernador de Sonora, anunció en un boletín de prensa que entre 800 y 900 personas colaboraban en las actividades de limpieza al lanzar la campaña “Salvemos al Río”. Ese mismo día circularon en medios informativos y redes sociales, imágenes en las que Padrés aparecía con un chaleco color naranja y una pala en medio del lodo del río; a su alrededor, trabajadores enfundados en pulcros trajes industriales blancos y fotógrafos, le observaban. Luego del boletín siguieron las publicaciones: CNN, Proceso, Reforma, El Financiero, entre muchos otros.